martes, 7 de abril de 2015

El Amante que deseamos.






Muchos hombres suelen ufanarse sobretodo delante de sus congéneres de ser expertos e insaciables amantes, incluso hay quienes aducen haber tenido mil y un mujeres en su cama, y que todas, además de haber quedado completamente satisfechas, siempre les repiten que es el mejor, aunque eso no se le crean muy secretamente ni ellos mismos.

Olvidan que las mujeres fácilmente podemos fingir, que no nos cuesta mucho gritar y gemir aparentemente de placer, del éxtasis que ellos creen que nos provocan cuando, algunas veces, lo único que queremos es que terminen para dar punto final a lo que para nosotras resulta, en algunas ocasiones, un sacrificio más que un deleite.

Esto tiene mucho que ver con la ‘clase’ de amante que tenemos y sobretodo la que queremos, y vaya que los encontramos en diversas categorías. A algunas les gustará aquel hombre que va lento (pero seguro) y que es extremadamente cuidadoso a la hora de la intimidad; pero otras tal vez preferimos lo opuesto, un poco de acción nunca viene nada mal.



Son ellos quienes aún no encuentran la manera precisa de satisfacernos, algunos creen que yendo ‘de frente al grano’ es lo ideal, aunque no siempre esto sea cierto, algunas veces nosotras preferimos un poco de ternura, total en la variedad está el gusto, la cosa está en que ellos sepan de qué modo actuar en el momento preciso.

En una rápida encuesta realizada con algunas mujeres amigas concluimos en una clasificación, pequeña por cierto, pero bastante cercana a la realidad:

El amante apurado: caben en esta categoría aquellos que terminan "obviamente" antes que las mujeres, que no piensan en nosotras y actúan de una manera tan animal que suelen ‘venirse’ cuando una recién está empezando. Acá los hombres ni siquiera se fijan si queremos empezar al mismo ritmo que ellos (cosa que a veces queremos hacer) y solo dan rienda suelta a sus bajísimos instintos. La ventaja, que el terminar rápido les da la posibilidad que dure más de dos veces en un solo encuentro.

El amante perezoso: aquellos que creen que con tener una erección su satisfacción está completa. Dejan que nosotras empecemos, actuemos y, en suma, hagamos todo lo que el acto requiere para el goce de ambos. Es más, en el colmo de todo, piden que estemos encima de ellos porque hasta les cuesta ser ellos los que nos satisfagan estando sobre nosotras. La ventaja, que estando nosotras arriba podemos tener claro control de toda la situación.

El amante pedilón: como su clasificación lo dices es el que pide que te pongas de la manera que a él más le gusta y que dejes que te haga todo lo que le plazca, a pesar que tu también haces tus pedidos él simplemente no los escucha, está tan concentrado en su lista de demandas que obvia tus requerimientos. La ventaja, puedes negociar que la primera sea como el quiere y la segunda a tu manera.

El amante amoroso: son aquellos que suelen caer en el abismo emocional, son excesivamente tiernos a la hora de hacer el amor, te besan, te abrazan juegan con tu cabello, regresan a tus labios y tú, que quieres que empiece de una vez, no tienes más remedio que soplarte toda la ceremonia que en nombre del amor él está recreando para ti, aunque a veces este tipo de encuentros es bueno no tiene porqué repetirse cada vez que tengan sexo. La ventaja, en ocasiones especiales, sobretodo cuando te sientes más vulnerable que otros días, puedes disfrutar una noche de mucho amor.

El amante presumido: aquel que cree ser en la cama un amante maravilloso, su ego no le permite más que jactarse a la hora del sexo, y cree que su pene es la octava maravilla del mundo. Si bien puede llegar a ser bueno en la cama está tan concentrado en hacer una buena actuación que se olvida que para el sexo se requiere más que unos buenos movimientos. La ventaja, seguro que gozarás de un buen falo, al menos por un momento y hasta podrías llegar a tener un orgasmo ja, ja.

El buen amante: el que todas queremos tener y algunas, con mucha suerte, hemos podido gozar en alguna ocasión. Este es el tipo de hombre que unas veces no te dejará ni pensar porque apenas cierres la puerta de la habitación irá tras de ti y te llevará, en milésimas de segundo, al paraíso; el mismo que, en ocasiones especiales te tratará con tanta ternura que no querrás que el momento termine nunca. Este amante sabrá hacerte el amor y también sabrá darte buen sexo, disfrutará y te hará disfrutar, sabrá amarte en la medida y momento precisos. La ventaja, estarás loca por él, por el sexo con él y por el amor que le das y que te da, será el mejor amante que puedas tener.

El amante perfecto: es aquel que lamentablemente no existe, aunque a veces creamos que lo tenemos en nuestra cama esas visiones son producto de la pasión y el deseo, el macho perfecto aún no ha nacido. Escuchen queridas mujeres: el amante perfecto no existe!, lo que tenemos en nuestra cama es el que creemos que es perfecto porque lastimosamente no conseguiremos algo mejor ja, ja; la ventaja, nos volveríamos locas por él. Si alguna de ustedes lo ha visto... avísennos!

Lo cierto es que hay una variedad mucha más amplia de tipos de amantes, esta pequeña lista es solo una muestra de todos aquellos sementales –o quienes dicen serlo- que nos encontraremos a lo largo de nuestra vida.

Te aseguro mujer que leyendo este blog reconocerás a uno o a un par de los amantes que has tenido, seguro que algunas de estas características calzan casi a la perfección con alguno de tus ex, o acaso de tu actual amante.

Y tú hombre, si lees este blog asegúrate bien de saber cual de estos tipos te amante eres tú, y sobretodo fíjate lo que muchas de nosotras deseamos, podrías mejorar tus tácticas y hacernos más placenteras los encuentros.

Ya saben todos, a practicar... PROVECHO!!!

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