sábado, 23 de mayo de 2015

Mi debut con una chica

Llevaba unos par de meses buscando una chica en la pagina, para hacer un trio, busque no tuve excito. Perdí la esperanza. Pero ese día Viernes noche fue distinto. 



Un Viernes, no específico, AQUEL VIERNES, desperté con las ansias de cacería a flor de piel. Tocaba mi cuerpo y sentía en mi piel el poder de mis juegos. Se me erizaba la piel, se me erectaban los pezones, el clítoris latía y mis jugos sexuales mojaban mi entrepierna.

El plan era simple: después de un buen baño, me vestiría con los jeans más ajustados que tuviera y que marcaran tanto el triángulo incitador al frente, como la redondez pronunciada de mi trasero. 
Entrando al bar, podía divisar varias víctimas para la noche. Un rubio alto, vestido de traje, otro rubio vestido deportivamente.
Un moreno que hablaba con una chica de melena aleonada. No podía ser era mi amigo con una chica que no sabia quien era. Había uno que otro que podía ser caza, pero me enfoqué en esos tres.

El moreno mi amigo, me llamo a su mesa y me presento a la chica, Pero toda su atención la tuvo para con la chica de la melena a leonada. Me propuse distraerlo de ella y que su atención se posara en mí. Para suerte mía, me la encontré en el baño retocando su maquillaje y conversé con ella un poco. Fue fácil el relacionarme con ella y caminamos juntas hasta el área del bar. Nos sentamos frente a la otra con mi amigo el moreno justo en el medio de las dos. Nunca había tenido una experiencia lésbica en mi repertorio sexual, no me atraen las mujeres, pero ella, la leona en ese momento cambió mi percepción de qué quería en mi cama esa noche.

Conversábamos, mi amigo se dio cuenta que estaba de más y partió de la mesa dejándonos el último round pago. En serio, estábamos tan entretenidas que no nos dimos cuenta de cuándo se fue.


Mi excitación sexual sobrepasaba cualquier excitación que había tenido antes. La seguridad de mi heterosexualidad, pero el querer devorarme a esta mujer estaba incitando todos mis sentidos. Tomamos un trago más y le comenté que había ido de cacería sexual esa noche al bar, pero que las presas que tenía en mira me habían salido muy fáciles. Se rió nerviosa, intuí que entendió que ella se había transformado en mi presa.
¿Nos vamos? Le dije sin temor alguno al no.
Asintió con la cabeza y me dijo:
“nunca he estado con una mujer sexualmente.”
Sonreí y le dije:
“Yo tampoco”

La tomé por su nuca y la besé “un piquito” no me atreví a más. Caminamos tomadas de la mano hasta el taxi. Decidimos ir al hotel, en el taxi nos besamos apasionadamente. Besar su boca se sintió raro al principio, estoy acostumbrada a besar esas caras toscas, que aún afeitadas te raspan con sus pelos.

Soy agresiva en el sexo, siempre lo he sido, y no porque ella fuera mi primera experiencia lesbiana tenía que cambiar. En el taxi y en camino al hotel la masturbé por encima de sus jeans con mis dedos. Sus ojos me miraban casi sin pestañear, gemía casi en secreto, yo sólo la masturbaba y miraba su reacciones.

Llegamos al hotel, no puedo negar que me moría de nervios, nunca había estado con una mujer sexualmente. Ella entró al baño, estaba tan o más nerviosa que yo. Cuando salió yo había servido unas copas de vino. Nos sentamos, tomando sin hablar, sólo nos miramos. Me levanté y me senté al lado de ella. Tomó mi cara me besó. Su boca se abrió y su lengua entre abrió la mía y buscó mi lengua. Me dio tanta risa porque parecía la escena cursi de una película porno.

La tomé de la mano y la desnudé en la habitacion. Su cuerpo, no me causó calentura, era hermosa, no más que yo. Me calentaba la situación. Me calentaba el morbo asqueroso que me daba tener una mujer en la cama con la que tendría sexo.

Nos besamos agresivamente. Me jalaba el cabello, me mordía los labios y la lengua y yo le respondía de la misma manera pues eran sugerencias mudas que me daba de qué quería que le hiciera. Sus labios en mis pezones comenzaron suavemente, entre succiones y lamidos supo exactamente llegar a la presión que necesito en ellos para hacerme orgasmear. Grité, sí, como grito cuando mi macho penetra y me hace acabar con su primer movimiento.

Me besaba el cuello, el área que separa mis tetas, mi barriga. Yo sentía como mi entrepierna se mojaba y mi clítoris latía, quería sentir su lengua succionándolo de la misma manera que lo hizo en mis pezones. Redondeó mi entrepierna, le agarré la cabeza y la moví sobre mi pelvis y le ordené: 

“Cómete mi clítoris, estoy por reventar y quiero sentir cómo te lo comes”.
Aceptó, me lamió desde el culo hasta el clítoris, apretaba su lengua en mi clítoris. “Chúpalo”, le ordené. Lo tomó entre sus labios, y mientras me metía los dedos en mi vagina, succionaba mi clítoris. Era imposible no tener otro orgasmo, sentí como mis paredes vaginales se contorsionaban y la hinchazón de mi clítoris era casi dolorosa. Se alejó, nos besamos saboreando ambas mis sabores. 

La removí de encima, sin dejar de besarla y acariciarla. La recosté en mi cama sobre mi almohada y compramos algunos juguetes. Lo limpié y antes de ponerle lubricación ella me tomó la mano y la puso sobre su entrepierna que borboteaba con sus líquidos. “No creo que necesites eso” me dijo gimiendo y pidiendo que la penetrara con el juguete. Así lo hice, como lo hago cuando estoy yo jugando a la sola. 

Le abrí los labios de su jugosa zorra, y puse el vibrador en el movimiento más rápido sobre su clítoris, mientras los movía suavemente hacia arriba y abajo. Ella gritaba “Mételo, mételo de una” y me hacía recordar cómo yo le pido a mis machos la misma cosa cuando estoy lista para la penetración.

La noche de cacería había sido muy fructífera: la conversación entretenidísima, el cortejeo ufff me mojaba los calzones de lo intenso que fue, y fue muy satisfactorio sexualmente. Ella, la chica de la melena a leonada se fue, ninguna de mis presas lo hacen y ella era una presa más. Nos despedimos con un piquito y la caminamos hacia la salida del hotel.

Nos vamos a volver a ver para ser mi trio, El momento fue sólo ese, mi obsesión de AQUEL VIERNES y chica del cabello aleonado que me hizo que la viera a ella apetitosa, lista para el caldero de sexo en la cama. 

Nunca otra mujer me ha llamado la atención así. Creo que ese fue mi debut y después del trio va ser mi despedida. Me gustan demasiado los machos, y a pesar de que los orgasmos lesbianos fueron geniales, aún prefiero el orgasmo que me da el pene erecto del lover dentro de mí.

6 comentarios:

  1. excitante tu relato dulce amiga no puedo negar que me calente leyendote una duda no le hiciste sexo oral? que tal aquello te gusto ?

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  2. Querido amigo, si le hice sexo oral.... pero fue la primer y ultima vez.... No creo que se repita.Y esta historia tu ya la sabia... jajajaja ya te la conté. no detalladamente. pero si
    Besos

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  3. Como siempre digo, quién mejor que dos mujeres... ellas saben exactamente donde obtienen mayor placer, aunque evidentemente, un pene es un pene uffffffffffff

    A tus PIES

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    1. Así es las mujeres sabe como tocar y donde.... Pero no cambio un miembro (pene) por una sexo de mujer. Solo fue un debut nada mas....
      besoss Gude

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  4. UNA GRAN EXPERIENCIA, FORMIDABLE, LO QUERIAS Y FUISTE A POR ELLO. MIS FELICITACIONES.
    UN BESAZO SANTADIABLA!!!

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    1. uhhhh soy asi, cuando quiero algo lo consigo aunque me cueste....
      Beso LORD

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