domingo, 15 de noviembre de 2015

Orgasmos en mi Bañera

La desnudez de mi piel sumergida en la tibieza de un baño de tina... se estremece…
Ceremoniosamente, mis pies intentan ocultar mis carnes obedeciendo mis pretensiones “bien comportadas” y evitar entregarme a los placeres mundanos del hurgar de mi dedos, que me esperan “acechantes” jabonando mis muslos.

Empero sutiles sensaciones se adosan en mis brazos, mi vientre, mi espalda, mis senos… mis pezones, que comienzan a erguirse al caer el agua como si fueran millones de minúsculas lenguas que los lamen, si acaso pudiere evitar el tormento de contener el dilatar de las carnosidades que esconden mi botón de placer… quizás en un acto culposo o quizás sólo el desespero me obliga a subir la temperatura de las aguas que arrancan de la llave…quizás porque es mi máxime erotizante estímulo el ardor de quien me coje…así…mi boca se entreabre lenta y succiono mis dedos como lamiendo la estocada erguida de un macho… salibosas las bajo arrastrándome los labios, contorneando mi cuello.. zigzagueando mi clavícula hasta llegar a mis “aureolas” carnosas.

Gimo, me retuerzo, busco, cierro los ojos, siento, me estremezco… sí… soy hembra que sabe disfrutar del roce hasta orgasmear. Placer que me ha saciado cuando no hay verga erguida que fenezca en un coito.

Reconozco que cada letra que pulso para dejar grafía del placer de explorarme hasta gemir aguada en mis juegos, me amenaza con dejar este texto a medio escribir… acaso, hubiera forma, daría pausa a este escrito y me zambulliría en mis pécoros baños de tina.

Mi egoísta juego… pretencioso quiere ser único lucero de noche tibia… hace algunos muy cercanos amaneceres, me sorprendí pensándole… mis juegos arrancaron su nombre de mi boca, el contoneo de mis caderas buscando el roce de mi clítoris en la yema húmeda de mis dedos incitó a mi boca, mis ojos, mi pelo… y fue deliciosa danza de hembra indemnizándose de su negación.

Sí… le hice de mi.

¡No! no imaginé que entraba en mi tina. Soy egoísta. Mis juegos y mis placeres son propios. Le invoqué y le dejé erguido tras la cortina… imaginando adivinaba mis ondulaciones interpretando cada intensidad variante de mis quejidos…tocándose virilmente mientras me aguzaba su visión, su oído.

Le castigué confinándolo a observarme, le declaré culpable de atreverse a tomarme tras la espalda y respirar tras mi oído... le di cruel placer de observarme gimiendo para él, sin permiso de tocar siquiera las gotas de agua que hacían de su sabia.…Acaso… un crepúsculo cualquiera se desliza por mi cuadras, mis escaleras, mi puerta… acaso un día llega.



Mi egoísta y pretencioso juego quiere ser único lucero de noche tibia… placer observado de misterioso voyerista oculto entre los vapores de las aguas que escurren diluyéndose con los fluidos de mis espasmos, desechando las notas placenteras de mis orgasmos… observando como emerjo entre las aguas en la desnudez de hembra.

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