Nunca pensé que diría esas palabras, pero ahí estaban, colgando de mis dedos como el asombro en tus ojos.
Hazte una paja, y que sea sólo mía.
Éso no sé si llegué a decirlo, pero sonaba a realidad, caliente y dura.
acechado, caliente y duro me dijiste que sí. Y yo cerré la puerta, la ventana y los ojos, salí y prometí volver a entrar cuando hubieses acabado.
Ahora soy yo quien se pajea para tí, sólo para tí mientras me vas contando como tu pene y tus manos me habían obedecido.
Ay, si pudiera verme.
Claro que lo hago...
ResponderEliminarQuieres una foto mía???